¡Seguimos aquí!
Después de salir del Centro Cultural de Jayuya Alberto Suárez, nuestro grupo viajó al Área Recreativa La Piedra Escrita , otro sitio de profunda importancia espiritual en Jayuya. Nos reunimos con otros miembros de la Fundación Borikua Taino para presentarles a los estudiantes universitarios y a los chaperones uno de nuestros espacios sagrados, profundizando su comprensión de la herencia taína y la importancia de proteger dichos sitios.
La Piedra Escrita es una enorme roca de granito enclavada en el Río Saliente . Adornada con petroglifos taínos que datan de entre 600 y 1200 d. C., refleja la artesanía, la espiritualidad y la cosmología de los habitantes originales de Borikén. Estas tallas representan símbolos, figuras y motivos que ofrecen una ventana a la vida y las creencias de los antepasados taínos.
Para mejorar la seguridad y la accesibilidad de los visitantes, se construyó una pasarela de madera que permite un acceso más fácil a la piedra y sus alrededores. Esta adición garantiza que las personas puedan interactuar con el sitio de manera segura y respetando su naturaleza sagrada. Es un destino popular para que los lugareños naden y tomen sol en los días claros.
A su llegada, Brandon Ruiz y la presidenta de la junta directiva de la Fundación Borikua Taino, Brooke Rodríguez, dieron la bienvenida a los estudiantes y los involucraron en conversaciones significativas sobre la herencia taína. Un momento crucial se produjo cuando un estudiante del MIT preguntó:
"Si ustedes están aquí como pueblo taíno vivo, ¿por qué otros nos han dicho que el pueblo taíno está extinto?"
Esta pregunta subrayó una razón clave para la colaboración entre nuestra fundación y el Dr. Ari W. Epstein , Director Asociado y Profesor Titular del programa Terrascope del MIT. El Dr. Epstein reconoció la importancia de abordar las narrativas que borran a los pueblos indígenas y buscó trabajar en una relación adecuada con nuestra comunidad. Esta asociación refleja el compromiso continuo del MIT de centrar las voces indígenas contemporáneas y destacar la presencia duradera del pueblo taíno en la isla.
Luego de esta discusión, nuestra ceremonialista, Bilqis Benu , dirigió al grupo a través de la Oración de las Siete Direcciones , en honor a la tierra, a los ancestros y al espíritu del lugar. Esta ceremonia recordó a todos el carácter sagrado de La Piedra Escrita y la responsabilidad de protegerla para las generaciones futuras.
Esta visita a La Piedra Escrita fue una experiencia transformadora que fomentó una conexión entre los estudiantes, la tierra y la historia de Borikén. Reforzó la presencia duradera de los taínos como pueblo vivo y la importancia de salvaguardar estos espacios como símbolos de resiliencia continua.
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